Sabemos que a los italianos les encanta el café, y en Ladroni no íbamos a ser menos a la hora de prepararlo. Nuestro querido Dani, encargado de la sala, aprendió hace 35 años a hacer el café en el bar de su padre y ahora Madrid puede disfrutar de esa experiencia de vida.
El café irlandés es una de sus especialidades, en la que enfatiza la distinción de sus tres ingredientes separados por colores.
Primero el whisky calentado con azúcar en el fondo de la taza, se pone el café por encima, y finalmente un poco de nata batida para esa separación de colores. La temperatura y la cantidad de azúcar marcan la diferencia garantizando que el whisky se quede en el fondo de la taza. Eso sí ¡no lo remováis! El café irlandés está hecho para beberse directamente, sin florituras, y el alcohol seguirá sin notarse.
Y para acompañar la llegada de la primavera/verano tenemos la frescura del café shakerato. Un café frío, con crema de orujo, una gotita de leche y azúcar al gusto. Se agita como un buen cóctel y así creamos una buena espuma y una presentación especial si lo comparamos con nuestro café habitual.
En Ladroni nos seguimos preciando del buen hacer de la cocina, pero haríamos mal en desdeñar otras áreas como el café, el aperol, la sala, etc. Podemos decir con orgullo que esa parte la tenemos cubierta.